Pues es que mi padre era del Atleti. Y mi amigo Paco, y Carolo, y José Luis. Unos atléticos de primera. Pero es que los atléticos son siempre muy de primera. Ahora viene cuando digo que los del Atleti son muy de Primera salvo cuando son muy de Segunda, y entonces es cuando se me dan de baja 40 ó 50 seguidores del blog. Pero lo que yo quiero decir es que los del Atleti son muy del Atleti. O sea que no se puede ser un poco del Atleti, vaya.
Y después está lo de Tito, que dice que es del Barça, pero Tomás y yo creemos que es una pose, y que en realidad no le gusta el fútbol y dice eso para provocarnos. Y con la provocación a veces llega lejos, como cuando se pone la camiseta para venir a tomar el aperitivo, y yo le digo a Ana, su mujer, que no le deje hacer eso, que se ponga seria.
Pero el resto, o sea, la mayoría, somos madridistas. Podría incluso considerar a Javier como madridista, porque ser del Madrid es la vía más rápida para desentenderse del resultado y darlo por hecho.
Una de las cosas que siempre he envidiado del Atleti son sus campañas de publicidad. Desde aquel «Papá, ¿por qué somos del Atleti?», o ese otro en el que el Mono Burgos emergía de una alcantarilla (prometo no volver a hacer referencia a aquellas temporadas en el infierno), o aquel cartel con Kiko celebrando un gol con las llamas detrás (¿sería una referencia al calor de la afición?), siempre me ha parecido que el Atleti tiene entre sus aficionados a los mejores creativos de España. Porque la publicidad del Atleti la hacen creativos de publicidad que son del Atleti. ¿No lo sabían?
¡Hala Madrid! para que no haya dudas.