A mi manera…

Lo habréis visto, seguramente, y si no ya os lo pongo yo ahí abajo. El de hazte extranjero y el del Curriculum de todos. Supongo que hay que tomárselo con humor, ese humor tan nuestro. Y con simpatía, esa simpatía tan nuestra…

Hay que sentirse orgullosos, hombre. ¿Qué sería de los españoles sin los abrazos, sin ese hablar a gritos, sin aquello tan característico que es invitar a tós sin tener de ná? Ese ser tan nuestro, tan mío, tan tuyo. Sin las paellas, las torrijas, sin el silbo gomero.

¡El bable, que se te olvida el bable!»

Somos valientes y generosos. Tanto que exportamos la generación más preparada de la historia al mismo tiempo que somos los últimos en educación. Olé, olé y olé. En realidad, somos los últimos en todo, pero qué le vamos a hacer. No, en serio, realmente ¿Qué podemos hacer? Y mola ser extranjero, pero mola más que nos echen de un bar para seguir la fiesta en la calle.  Es esa manera de ser y de sentir a la que no puedes renunciar porque va contigo siempre. A nuestra manera. Porque como se vive aquí, incluso cerca de Canaletas, no se vive en ningún lado… Claro que sí. Que inventen ellos. Y que aprendan. No somos los mejores, pero ¿Quién quiere ser mejor, siendo el más simpático? Como dice Fofito, tienes que mirar lo que has conseguido ¡Porque ya lo hiciste! ¿Quién dijo futuro?

¡Somos más listos de lo que creemos, más fuertes de lo que pensamos, y hasta más guapos!»

No falta nadie. Ahí está Chiquito de la Calzada. Y las Hurtado. Y el cameo de lo que debe de ser la comunidad intelectual, que sólo falta Almodovar. Y el currículum de todos (supongo que el mío también) lo hace un payaso olvidado, el último de una vieja saga inolvidable. Un anuncio muy de actualidad, vaya, no hay más que ver el casting. Me ha faltado el pobre Manolo Escobar, que no ha llegado por muy poquito al anuncio. Como la recientemente recordada Lolita Sevilla, ay, si al menos hubieran tarareado aquello tan famoso…

¡Americanos, aquí venimos con alegría, olé mi madre, olé mi padre y olé mi tía…!»

Pero no. De fondo, los Gispsy Kings. Y Suspiros de España.

Un pueblo capaz de parodiarse a sí mismo al mismo tiempo que se enorgullece con fatalismo para no cambiar aquello que parodia es un pueblo que no merece extinguirse. Al menos mientras tenga chorizos para dar y exportar.

En fin, esto es lo que hay: un par de anuncios de embutidos. Y llegados a este punto, no se si quiero irme, pero a mí me gustaría deshacerme de española.