Me envía mi amigo Alfredo esta foto que ven a su derecha, sin duda para enfadarme. Lejos de ello, me ha provocado una enorme curiosidad, porque no puedo imaginar dónde la sacó y, sobre todo, cómo consiguió captar a Mariano haciendo algo de relevancia. Amigos míos, sujetar un cartel supone un esfuerzo del que sólo esperan remuneración los sindicalistas abonados al langostino, que por cierto, algo pillarán de ese 20% que tan contento le pone a Montoro, el responsable de la caja, de la llave y del reparto de la mamandurria.
Ya les digo que mi amigo no me enfada con esta foto, más allá de ver a Montoro contento, claro. Desde luego, que nadie espere que me moleste que graven con un 20% los premios de la lotería. A mí lo que me enfada mucho es que confisquen un 24,75% del salario a un tio que curra y que gana 17.000 euros al año. Y también me subleva que estos chorizos graven con un 21% la ropa y el calzado, y lo que te rondaré morena. Pero vamos, que graven el estar sentado y que te caiga un pastizal sólo porque un bombo se ha parado en una bola con el número que llevas, me es indiferente. Es más, si me apuran mucho y tengo que elegir, me parece correcto. El 21 te levantas de la cama sin un floro y el 22 te acuestas con una pasta gansa sin haberla doblado. Así es que me parece bien que aporten algo a la caja común, que hay muchos políticos que alimentar.
Eso sí, a mi Wilma que ni me la toquen. Y es que un 22 de diciembre de hace 2 añitos nos tocó la lotería en casa en forma de perra loca. Y capaz es este ministro vampiro de reclamarme una pata de la perra como Impuesto al Ladrido Añadido. Bueno, de reclamármela y hasta de comérsela cruda, con pelos y todo, que este hombre está pero que muy perturbado. En fin, ya sabremos defenderla del gobierno. De momento, a los perros no les permitimos ver el telediario en casa, a ver si se nos van a grillar, se piensan que todos somos iguales y nos acaban mordiendo un tobillo. En fin, aquí tienen a Wilma, guapetona y entera, dejándose fotografiar para todos vds en el día de su cumpleaños. Y con la peluquería recién hecha, oigan. Gravada, por supuesto, al 21%.