Miren, agendar no existe. Si lo quieren vds usar para decir que vamos a programar una cita o reunión, pues díganlo, pero no existe. Y ya no lucho más.
Graficar tampoco existe. Pero es divertido, lo reconozco. En especial si se inserta en la siguiente frase:
– Hemos hecho el estudio y sacado cifras, pero las hemos graficado para que podáis entender algo.
Realmente lo divertido es el final de la frase, puritito español. Así que el jefe a partir de ahora, cuando vea una fila de números dirá con tono de emperador romano:
-¡Grafíquese!
En cuanto a decir esplitar… Ejem. Sobre todo, no hay que incorporarlo al vocabulario doméstico, porque tiene muchos riesgos. Veamos: según le están dando de cenar a sus hijos, les dicen:
– Borjita, no te metas tanto en la boca, hijo, esplítalo antes.
Y Borjita hace «pfzás», y le escupe un churrete de comida en la corbata.
En fin, yo no tengo ese problema porque no tengo hijos. Así es que probaré mañana a decirle a mi madre «esplíta el pisto, mamá, que me llevo un poco en un tuper».
Y si me contesta algo divertido, ya se lo cuento en otro post.