Leo el otro día en un suelto del ABC que «Perder la nariz en accidente de trabajo tiene más indemnización que perder los testículos«. Naturalmente, me detuve a leer la noticia completa y me entretuve en consultar el BOE (click a su derecha), no fuera a ser que el periódico me contara alguna milonga, que es algo a lo que tiene mucha afición la prensa. Y no. En efecto, el baremo actualizado dice que por perder la nariz te pagan 7.940 euros y por los testículos (los dos, aclaran), 6.380 euros. Y sin embargo fíjense que por quedarte sin olfato la indemnización es sólo de 1.210 €. Mucha diferencia me parece entre nariz y olfato, lo que me lleva a pensar que, para la Administración, lo grave no es que te quedes sin olfato para los negocios, sino que se note. Y sin duda, ahí tienen vds una explicación para comprender el escaso retorno de las inversiones públicas, y si no piensen en esos aeropuertos, carreteras, auditorios y demás imbecilidades en las que se han gastado nuestros dineros, que dicen «me da en la nariz que esto va a ser un éxito» y allá que vamos, tras la nariz de cualquier político de falanges intactas pero con una anosmia de caballo.
Perder una oreja se cotiza a 1.810 y curiosamente, por perder las dos te pagan más del doble, exactamente 3.830. Que dos orejas son más que una ya lo intuíamos desde la gira de Victor Manuel y Ana Belén en los años 90, no crean que el BOE descubre nada nuevo. Y se podría sospechar que el ministro de turno no sabe sumar de no ser porque el caso se repite con testículos y ovarios, y ya sería excesivo pensar que sumando 1+1 se equivoquen tres veces. Oigan, y que tiene también toda la lógica del mundo que se pague más por dos huevos que por uno, porque hay decisiones que sólo se entienden si se toman con un par.
En el capítulo de apéndices, la pérdida del pene se paga según cómo afecte a la capacidad «coeundi» y de micción, sin entrar en más detalles. Como es natural, ni se les pasa por la cabeza poner una escala de tamaños. Hubiera sido una temeridad. Especialmente porque la prueba que se presenta ya va cercenada y para saber lo que había antes sólo nos queda la palabra del interesado, que es de esperar que exagere un poco. Sí que me extraña que no ponga nada sobre cómo puede afectar a las decisiones que afectan a la «potestas«, y es que se ve que con un latinajo ya llevaba bastante el pobre funcionario que lo redactó, y cuya aprensión es comprensible. En fin, si siguen mirando, sospecharán que el gobierno del PP es insoportablemente sectario cuando discrimina entre los dedos derechos o izquierdos de las manos en favor de aquéllos, hasta que se llega a una anotación final en la que la igualdad triunfa en favor de esa minoría de zurdos que tan nerviosos nos ponen a los diestros cuando enarbolan unas tijeras.
Bien, el asunto no da para más en una tarde de domingo. Voy a leer el periódico de hoy, a ver qué trae para mañana.