Esto de los canteranos me recuerda a eso de que viene la sobrina del presidente para hacer un training. Pues vale. Pues que venga. Siempre hay fotocopias por hacer, papeles para encuadernar, y stock para inventariar. Ah, no, que tiene que soltarse y aprender las cosas del negocio, así es que te la lleves a ver a un cliente… Vaya. A rezar por que vaya bien vestida, con el pelo cuidado, los zapatos limpios y se quede calladita. Sobre todo, calladita. Antes, durante y después de la reunión. Bref: que no estorbe. Claro, que esto de que te lleves a la niña a ver a un cliente sólo se lo dicen a los mindundis, que son los que se juegan los cuartos con clientes de medio pelo. Eso, y que no le pueden contestar al presidente que se la lleve él al Consejo de administración, si quiere, ya que vale tanto y se merece esa oportunidad. La niña.
Ser canterano no garantiza nada, salvo poder lucir el carnet en el que pego el chaval aquella foto con granos. Este babeo con los canteranos del Real Madrid es de una imbecilidad que sonroja. Si los seleccionaran por los genes, el argumento tendría un pase, pero una cantera no es una ganadería y lo normal cuando un futbolista se retira es poner una tienda de artículos deportivos o hacer carrera en la Federación, pero no meterse a semental, aunque la publicidad de Xabi Alonso pretenda hacernos imaginar lo contrario. Les pongo una foto, para que los lectores desinteresados con el fútbol sigan leyendo.
Con esto de la cantera se tiende mucho a generalizar, que si aman los colores y que si son unos chavales entregados y baratos. No sé yo si Casillas sigue siendo el portero con la mejor relación calidad/precio del mercado, la verdad. Y en cuanto al amor por los colores, bah, eso es como el primer novio, que se te olvida en cuanto firmas la hipoteca del adosado. Pero sea, generalicemos: yo lo que quiero es que el Madrid gane todos los torneos, así, en general y que gane a todos los equipos, así, en general. Y si además juega bien, en general, y mete muchos goles, en general, pues mejor en general. Y para eso, debemos tener a los mejores jugadores en cada sitio, por lo que la procedencia de los jugadores, en general, me trae sin cuidado. Y ahora particularizo para decir que si en razón de la puñetera cantera tengo que tragarme a esa especie de Grace Jones en chandal que es Callejón, me vuelvo a mis generalizaciones, que duermo más tranquila.
Si yo quisiera ver a los jugadores de la cantera, me iría los domingos por la mañana a Valdebebas en vez de contratar el Canal Plus. Se ve que el público del Bernabéu no hace ni una cosa ni otra, y por eso aplaude a rabiar cuando un canterano se pone a correr la banda en el calentamiento, aunque sea de la cantera del equipo contrario, que es lo que pasó ayer por la tarde sin ir más lejos. Sí, queridos, sí: Ayer en el Bernabéu se ovacionó ¡al delantero del equipo contrario! Por lo visto, los goles de un delantero, si es de la selección española, hay que aplaudirlos siempre, aunque con ese gol el equipo por el que has pagado 70 eurazos de la entrada, pierda. El público del Bernabéu, con tanto complejín mal curado, se ha vuelto definitivamente loco. Yo me imagino a estos tontainas sujetando su cerveza sin alcohol en vaso de plástico y estirando luego el dedo meñique, para beber con señorío…
Dos nombres: Di Stéfano y Etoo. Y déjenme de líos, que con tanta bobada me voy a tener que hacer del Atleti.