– Hija, ¿Qué vas a querer cenar?
– Pues no sé, mamá, cualquier cosa
– ¿Cualquier cosa? ¿Qué has comido?
– Una ensalada y un filete a la plancha.
– Bueno, pues ¿qué quieres cenar?
– No sé, ¿Una ensalada de tomate?.
– Hija, ¿más ensalada?
– Bueno, pues no sé… ¿Acelgas? ¿Tienes acelgas?
– No. Bueno, sí, pero tendría que hacerlas.
– Bueno, pues otra cosa, mamá, cualquier cosa, de verdad.
– No, que las hago en cinco minutos.
– Que no, mamá, que no te molestes.
– Bueno, pues entonces ¿Qué quieres cenar?
– Pues no sé, cualquier cosa, me da igual. ¿Una tortilla?
– ¿Una tortilla? ¿Cuándo has comido huevos?
– No sé, no me acuerdo…
– ¿ Y no te apetecen unas judías verdes y un poco de pescado?
– Pues no mucho… ¿Tú qué vas a cenar?
– Unas judías verdes y un poco de pescado.
– …
– Si quieres, tengo judías verdes y pescado para las dos.
Ah, las madres…