Mi avatar

En este rato de mi vida estoy reflexionando sobre mi nombre en el 2.0, porque me identifico hasta con 5 nombres diferentes. Esto, unido al lío entre la C. de Carmen y la de Curra, hace que sólo los muy seguidores o los amigos en 3D se aclaren. Por suerte, he conservado mi avatar todo este tiempo, salvo un par de momentos de debilidad que tuve en Twitter. Claro que comprobar los efectos devastadores que el cambio de avatar de los demás provoca en mí me hizo entender que el avatar es como el perfume: conviene no cambiarlo muy a menudo. Mi avatar es la foto de mis pies, también llamados piececitos y piesecitos (esto me encanta), aunque también haya quien, en el colmo del mal gusto, los llame pinreles.

La foto me la hice en el verano antes de abrir el blog, en el poblachón, en casa de mis padres. Es un verdadero placer sentarte en esa terraza en las tardes de verano a leer, placer que aumenta cuando ya no se oye el barullo de una piscina cercana, ni el de los macarras que todavía están eligiendo el ruido que cargarán en sus infames coches tuneados. Ese rato entre la siesta y la hora de ducharte para salir es un momento de calma en el que miras el mundo que eliges en tu lectura y, más allá del balcón, ves a parejas que pasean a sus perros, a niños en sus triciclos o en sus bicicletas con ruedines. Y a veces un amigo pasa y saca la mano por la ventanilla del coche para enviarte un saludo. Es la paz, la ausencia de preocupación y de peligro sin contaminarse de pereza o de indolencia.

Así es que eso significa este avatar para mí:  la perspectiva de un mundo amable y en reposo, la tranquilidad, la observación y la compañía de la creatividad.

Pero claro, de lo que yo quiero decir a lo que se entiende va mucho. Me han dicho que es una postura masculina, por ejemplo, y no le faltaba razón a quien me lo comentó, cuando yo me quejaba de que muchas personas creen que la C. es de Carlos o de Constantino. También que estoy echando los pies por alto, con la carga de mal humor y enfado que lleva. O que indica una evidente falta de educación y hasta que es una guarrería (tal vez hay quien no puede imaginar unos pies sin pensar antes en hurgárselos). Pero en fin, en general causa más simpatía que rechazo y a mí me parece que sí da sensación de, al menos, tomarse la vida con cierto desenfado.

La primera vez que me dijeron lo de «a sus pies» me provocó una enorme carcajada. Ayer en un comentario me hicieron reir de nuevo con esa salida, que le pone humor a la caballerosidad en estos tiempos tan ásperos. A la pregunta de si son míos suelo contestar con un «sí, los dos«, y para ciertos consejos sobre la conveniencia de una pedicura más frívola, tengo un montaje de fotoshop que queda de lo más apañado y que les pongo arriba para que me feliciten. Pero sin duda lo más divertido me lo dijo Ignacio Ruiz Quintano, la cuenta más ilustre de mi TL, que en una ocasión me escribió «Eso no son pies ¡son epígrafes!«, y aunque admito que aún no sé muy bien qué quiso decir, reconozco que un piropo así va más allá de cualquier vicisitud.

Y ya está. A partir de ahora mi avatar, además de unos pies y un epígrafe, será también un post.

Con mi agradecimiento a Dessjuest por la idea

20 comentarios en “Mi avatar

  1. Me encantan los pies. Pero los pies bonitos, porque los mios no lo son. Así que cuando veo unos pies bonitos, ya sean de hombre ó mujer los admiro. Y tus pies me encantan. Me parece una foto peciosa.
    Tuneados ya me gustan menos, para que mentir. Así al natural me parecen preciosos.
    Besazo

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  2. También tengo dos pies y coincido plenamente en lo que dices de los tuyos, no por lo que dices sino por lo que muestras; es decir que yo también los tengo (los dos) con el formato griego -aquel donde el segundo dedo es el más largo, después el dedo gordo- … Esto me hace pensar (el tema de los dedos) que al gordo yo lo llamaría índice, pues sí he de señalar algo con el pie creo que el dedo «gordo-índice» me permite más flexibilidad de movimiento y precisión en señalar objetos, lugares, personas -bueno lo de señalar a personas con el dedo no está muy bien, pero creo que me entiendes- .

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    • Ya. Lo de los pies griegos no es tan infrecuente. Es, más o menos como ser zurdo. O sea, minoría pero no tanta.

      Y yo al dedo gordo del pie no le llamaría índice. Ni se me ocurriría señalar a alguien con el dedo gordo del pie, pues menudo calambrazo!

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  3. …dos pies, dos comentarios

    Gravatares.

    El día que la comunidad bloguera armonice el duopolio de blogspot y wordpres y los blogueros de ambas comunidades podamos comunicarnos con nuestros respectivos avatares sin necesidad de abrir cuentas en los dos espacios, será un gran paso para la humanidad.

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  4. A mí tu avatar me produce una suave sonrisa, me evocan momentos desenfadados e íntimos.y dulces. Su desnudez me provoca una sensación de apacible descanso, qué mejor placer que llegar a casa y…fuera zapatos!. Je, enhorabuena, pero me son más tuyos sin tanta pedicura.

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  5. Vaya, no sé si debería, pero me siento ahí como citado entre líneas, para lo bueno y lo malo, porque creo que me postré a tus hermosos pies, pero también soy muy de llamarlos pimbrelillos 😀

    Sobre lo del avatar muy cierto, el tipo este tan guapo, mucho más que yo, que tengo, lleva acompañándome años en diferentes sitios y lugares, como el nick, también, soy poco de cambios.

    A mí la imagen me transmite paz, sin más, sobre todo paz y tranquilidad, estar a gusto, estirar las piernas y poner pie sobre pie es una postura relajante a más no poder.

    Besos.

    Ah, y a tus pies 😀

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  6. Creo que es un estupendo Avatar, no lo cambies, los que somos fetichistas de esa parte de la anatomía no te lo perdonaríamos 🙂

    Hay mucha gente que dice que los píes son feos, pero a mi me gustan, claro que no todos, que se ve cada cosa….

    Y aparte del tema estético, lo que me transmiten es lo que tan bien has explicado: relax, tranquilidad, estar en casa, …

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    • Ah, sí, lo del fetichsimo también me lo comentaron, se me había olvidado. Yo estoy de acuerdo contigo: los pies no son feos. Lo que sucede es que casi siempre van tapados y si no, están muchas veces mal cuidados. Y en todo caso, son como la última prioridad. Mirarse los pies, por ejemplo, es un gesto de vergüenza, incluso de arrepentimiento, cuand no se mira uno los pies, sino que mira al suelo. En fin, que es una cosa a reivindicar.

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  7. Te diré, Carmen, que el avatar te queda como un guante. Haces bien en mantenerlo porque dudo que vayas a mejorarlo: Te lo has puesto difícil.

    Lo de los avatares y los nicks tiene mucho de juego. Yo creo que la mayor parte de la gente los adopta sin ser muy consciente de la imagen de sí mismos que proyectan. En mi caso absolutamente inconsciente. Pero cuando, como tú, alguien se toma la molestia de hacerlo, los resultados acompañan.

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    • No, no creas que me l pensé mucho. Sencillamente me gustaba por lo que me recordaba, pero no estoy segura de haber pensado en la imagen que proyectaría. A mí me gustaba, ese fue todo el razonamiento.

      Gracias pr pasarte.

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