Anoche tuve una cena de trabajo. Después de los consabidos saludos, besos, abrazos, qué tal, qué tal, cuánto tiempo, llegan las preguntas de cortesía que buscan enganchar el hilo para tejer la conversación. Me encanta ese momento. Hay auténticos sastres de preguntas que empiezan a coser la charla desde la primera pregunta. Yo soy algo más modesta. O quizá más modista…
¿En qué vuelo has llegado? He aterrizado a las seis. Ah, muy bien… (ponte el dedal, Carmela)
¿En qué hotel te alojas? En un NH de Lagasca. Ah, un NH, está muy bien… (coge la aguja, Carmela)
¿Hacía mucho que no venías a Madrid? Es la primera vez que vengo a Madrid. (Ahí va. Esta sí que es buena. ¿Y cómo sigo? ¿Qué cara estaré poniendo? ¿Pero dónde demonios está la tela? A ver, defensa en zona: sonríe y no levantes la ceja que queda muy impertinente)… ¿Nunca habías estado en Madrid? Bueno, sí, pero hace mucho, en el 74…
– ¿En el 74? ¡Pero si todavía vivía Franco! (¡¡¡CARMEN, EL DEDAL!!!).
Dicen que fuera de Madrid también hay vida … no sé, dicen. 😉
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¿En serio? ¿Quién lo dice? Yo no sé de nadie… 😉
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¿Y dices que la cena era de negocios ? ¿Trabaja en España?
¿En que tipo de trabajo puedes estar 38 años sin venir a la capital?
Ya ves que yo no soy muy sastre, que digamos. 😉
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Era una cena con personas del trabajo. No, este señor no es español y trabaja en París. Y se puede no haber tenido que venir, si se tienen puestos nacionales. Pero es raro, sí, es raro. 🙂
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Bueno, eso es cierto, hay gente a la que hay que sacarle la charla con calzador y lo que es una maravilla es encontrarte con lo contrario: gente encantadora que sabe conversar y que pide tu opinión o sientes que te escucha cuando tú hablas, pero es difícil encontrar a ese tipo de personas.
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Sí, es el arte de hacer preguntas y de conducir una conversación. Un arte.
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Yo soy muy mala tejiendo conversaciones. Por escrito en cambio me sobran palabras. Un beso.
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Son dos medios muy diferentes. Escribir te da una estructura mental que es difícil pasar al medio oral, al menos para mí. Yo soy algo mas desordenada.
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Qué cierto es que hay especialistas en liarse a conversar como autómatas, y otros a los que nos cuesta «cogerle el hilo» a una charleta.
Bien escrito. Un saludo.
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Muchas gracias. Hay también a quien le cuesta coger el hilo incluso cuando le cosen a preguntas 🙂
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Siempre he dicho que hay conversadores y contestadores de encuestas.
Besazo
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¿Lo de contestadores de encuestas lo dices por mí? ¡Qué bueno!!! Ja, ja, ja! 🙂
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Creo que el entorno y el momento convierten, en muchas ocasiones, a los contestadores de encuestas en fantasticos conversadores.
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Ja, ja, ja! Qué bueno! Pues sí, a veces proponen conversaciones fantásticas.
Gracias por comentar y bienvenida 😉
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