Fulanite bouillait car il était clairement mal informé, et Menganite était dans ses petits souliers».
He aquí, señores, una frase que me he encontrado y que les traduzco literalmente: «Fulanito hervía ya que estaba claramente mal informado, y Menganito estaba en sus pequeños zapatos«.
Lo de hervir no tiene mucho misterio, y tampoco hay que entretenerse en pensar en el carácter leguminoso de Fulanito porque en español también decimos que nos hierve la sangre cuando estamos a punto de saltar al cuello de alguien. ¿Pero y lo de los zapatitos? ¿Qué es eso de quedarse en sus zapatitos?
Me levanté y pregunté a E., que además de quitar los grumos de mi agenda me resuelve enigmas de esta categoría. Es la primera vez en mi vida que lo oigo, me dijo. Y aventuró: ¿Será que se puso como los niños pequeños, avergonzado en sus pequeños zapatos? Y mientras me decía esto, me hizo un pucherito por si no lo entendía.
– No, no, E., eso no es posible. Menganito es el mismo por el que tuvimos que buscar en el diccionario la expresión “à la hussarde”, ¿Recuerdas lo de tomar decisiones “à la hussarde”? ¿Que discutíamos tú y yo si un húsar era de la caballería rusa o de la húngara? No, no puede ser. No me lo imagino en el papel de Betty Boop de pronto, poniendo morritos avergonzados después de tomar una decisión «à la hussarde», todo lleno de galones y con un sable, en su imponente caballo, zas, zas…
Y en efecto, no era eso. «Etre dans ses petits souliers», significa estar incómodo. Y me escribe mi querida E.: «La imagen del zapato demasiado pequeño, por lo tanto inconfortable, que te hace daño en el pie, puede ser usada cuando alguien está incómodo con la situación, sea cual sea la razón…»
Sea cual sea la razón. Humm… ¿Le estarán pequeños los zapatos, con lo bien que le queda su precioso uniforme?