Un premio para los amigos

Hoy nos enteramos que han concedido el premio Principe de Asturias de los Deportes a Iker Casillas y Xavi Hernández, el uno portero del Real Madrid y el otro pasador del Fútbol Club Barcelona. No, no es el día de la Marmota, ni estamos teniendo un déjà vu: es que lo de hace dos años fue un premio colectivo y este es personal. Probablemente también les den el de 2014 para celebrar todos los records conseguidos en su carrera futbolística, dado que el de 2013 estará reservado a Don Vicente del Bosque por su contribución a la rebaja del colesterol.

A estos dos ilustres de nuestro fútbol nacional les ha apadrinado Joseph Blatter, quien además de estar condecorado con la Orden de Caballero del Sultanato de Pahang y la Orden de los Dos Nilos de Sudán, es Commandeur de L’Ordre National  de Djibouti y Presidente de la FIFA desde 1998. O sea, que lleva 14 años de dedicación al fútbol en cuerpo, alma y cartera, algo que se explica con dificultad si uno repara en el tiempo que debe emplear en recoger tanta medalla.

Dice Blatter, muy en su papel de commandeur en Djibouti: «No sólo por lo que han ganado en el campo, sino por lo que han demostrado fuera del campo…«. Este ha debido ser un argumento colosal para el jurado, que ha dejado caer por 4 votos al Comité Internacional Paralímpico. Los paralímpicos, además de no merecer reconocimiento alguno (lo de nadar sin brazos está a la altura de cualquiera), no representa en absoluto los valores del Príncipe de Asturias del Deporte fuera de la cancha.

Luego el Sr Blatter, suizo, también se preocupa por las tensiones patrias cuando recalca: «Representan la unidad de España, por encima y más allá de las diferencias entre Madrid y Barça…«. Digo yo que Mr Blatter habrá apreciado alguna división en España y, como conoce bien la diferencia entre los dos Nilos, ni se puede imaginar que nuestros problemillas no son cosa de dos, sino de 17. Tampoco se lo vamos a reprochar, que como buen suizo no querrá meterse en harina de otro costal, no sea cuento que se convierta en ensaimada de Mallorca.

Pero sobre todo, a Xavi y a Casillas les han dado el premio por su gran amistad. Mi corazón se enternece, una lagrimilla brota de mis verdes ojos, y mi silencio se quiebra al preguntarme: ¿Y por qué no les dan también el Príncipe de Asturias de la Concordia?