Silencio, se rueda

Cada dos por tres hay un rodaje en mi calle. Y es un rollo, porque no te dejan aparcar. Y si aparcas a pesar de todo, como tienen permiso municipal, llaman a la grúa. Y la grúa viene, doy fe. La grúa nunca viene cuando los «aparcas» de los restaurantes ponen hasta una tercera fila de coches. Y es que los vecinos no tenemos permiso municipal: la tarjetita de residente es sólo un comprobante de pago. Digo yo.

También en la calle de detrás de mi oficina vienen muy a menudo a rodar. En este caso, series de televisión. Yo, como no veo series, pues no veo mi oficina en la tele. Una lástima, porque la perspectiva que me puede ofrecer ver a los policías del CSI acordonar la zona para que  los médicos de House puedan sacar a los heridos del Ala Oeste de la Casa Blanca, mientras Mujeres Desesperadas intercambian trucos domésticos con las chicas de Sexo en Nueva York es todo un ejercicio de ensoñación. Y digo ensoñación porque lo que realmente podría llegar a ver es a los Hombres de Paco acordonar la zona para que los residentes de Hospital Central verifiquen que no hay heridos por una pelotera entre los vecinos de Aquí no hay quien Viva, mientras los de Cuéntame comparten vivencias extra temporales con los Serrano.

Pensarán que me paso el día entre cámaras de televisión y que corro algún riesgo de saltar a la fama. Realmente,el único salto previsible es el que conviene hacer cuando ves un cable, más que nada para no esmoñarse. Por lo demás, ningún peligro.

6 comentarios en “Silencio, se rueda

  1. Pues debemos vivir y trabajar en las mismas zona. En mi barrio han rodado películas, anuncios y series. Al lado de mi oficina también.

    Yo no quiero ser famosa, si veo una cámara cambio de acera, ya han intentado varias veces hacerme alguna entrevista de esas espontáneas de Televisión Española o Telemadrid y he salido corriendo.

    Miedo escénico lo llaman.

    Me gusta tu blog 🙂

    Me gusta

    • A mí no me han «asaltado con una cámara», pero me negaría (mmm, me has dado una idea para un post, creo).

      Muchas gracias por tu comentario, y por pasarte. Me alegro de que te guste. ¡Bienvenida!.

      Me gusta

  2. En mi calle no ruedan nada, pero tenemos la diversión asegurada gracias al registro civil. Que ocupa precisamente el bajo de la casa en la que vivo, que antes era un cine muy popular en La Coruña. Allí se celebran bodas a diario, pero las postineras son los viernes.

    Es entonces cuando la belleza de la ceremonia del matrimonio civil brilla en todo su esplendor. ¡Madre del amor hermoso qué pintas!. Y que jolgorios oye, un viernes a mediodia cualquiera. Arroz, confetti, damas de honor y lo que se te antoje. Un espectáculo; novias de marrón y novios conjuntados en gris perla. Y fotos a destajo, desde todos los ángulos.

    A saber en cuántos albumes de fotos de boda estoy sin saberlo.

    Me gusta

Gracias por dejar un comentario.