Hoy he pedido, de manera poco ceremoniosa y con cierta vehemencia, que dejáramos de poner esa imbecilidad de ASAP en los resúmenes de acciones a realizar de las actas. Como se me ha escapado lo de «esa imbecilidad», he parecido demasiado rotunda, por decirlo fino, y he provocado un poco de disgusto. Pero como tengo razón, al final no se pondrá más y todos contentos. Bueno, al final no se iba a poner más, el matiz está en el todos contentos (EHAC en su acrónimo inglés: Everybody Happy And Convinced…)
ASAP se viene poniendo cuando las cosas corren prisa y se supone que son imprescindibles para tomar una decisión o dar el siguiente paso. Tú pones ASAP y te crees que tendrás lo que sea enseguida, pero no es así. ASAP no contiene ningún plazo, ni ningún compromiso. Y es que la clave de ASAP no es la parte del «soon», sino la parte del «possible». Ahí está la trampa. Y te encuentras con que algo que deberías haber recibido hace dos meses, todavía lo estás esperando. ¿Cuándo llegaremos a Marte? Pues ASAP, no tengan ninguna duda. Así es que se acabó la tontería.
– ¿Cuándo me mandarás el archivo?
– ASAP.
– Ya, ¿Pero cuándo?
– Pues cuándo va a ser, ASAP, de inmediato…
– No. Si es de inmediato entonces es que me lo das en el tiempo que tardas en llegar a tu ordenador, encenderlo, encontrar el archivo y enviármelo, y en ese caso ponemos hoy por la mañana. Si es ASAP, mi archivo va a competir con otras prioridades de tu agenda, y yo no estoy aquí para competir según tu criterio, yo quiero un compromiso para mi archivo, porque tu agenda, tus prioridades, tu trabajo y hasta tú mismo, me importáis un comino. ¿Estamos? Así es que me das una fecha límite entre el día de hoy y el viernes de la semana que viene, y así podremos hasta decir que tú y yo hemos llegado a un acuerdo.
– Pues el viernes de la semana que viene.
– Vale, pues ahora me tachas lo de ASAP, que era una mentira podrida por lo que se ve, y me pones el viernes de la semana que viene como fecha límite para cumplir tu compromiso, bajo pena de que, si no lo cumples, subo y te arranco la nariz de un sopapo.
– ¿Pongo también lo del sopapo?
– Bueno, si quieres pon que el sopapo te lo daré ASAP te gires y me dejes la nariz al descubierto.