El año pasado, que viene de terminar, ya tuvimos que soportar la majadería del 11 del 11 del 11. Este año que empezó ayer, supongo que en un alarde de originalidad, en vez de marearnos con una nueva sopa de números (o sea, 12-12-12, fecha que está debidamente situada en el calendario), nos van a marear con la Profecía Maya. Por si acaso vive vd. en la Luna, en cuyo caso está a salvo de todas las catástrofes que se nos avecinan – excluyendo la subida de impuestos, no se haga ilusiones -, le comunico que el 21 de Diciembre del 2012 se acabará el mundo. Venus se alineará con el Sol, le despistará de su órbita, habrá una inversión de los polos magnéticos y el mundo arderá, o temblará o se caerá por un agujero negro, o las tres cosas juntas en horripilante sucesión. Y todo esto sucederá súbitamente, nada de esperar al efecto sobre los vientos del breve aleteo de un moscardón del Missisipi. Ah, y no se moleste en hacer testamento: no quedará nadie a quien dejarle sus deudas.
Con las profecías sucede que sólo hay dos maneras de equivocarse: creérselas y que no se cumplan, o no creérselas y que se cumplan. Yo voy a optar por la segunda alternativa, que me parece la más cómoda. Finalmente, si se cumple, no tendré que escuchar eso tan inelegante de «ya te avisé yo, ya te lo dije» porque tanto vd como yo tendremos otras prioridades, como por ejemplo encontrar acomodo en el Otro Mundo, que el día 22 tendrá la puerta petada de gente.
Sin embargo, con esta profecía hay una tercera vía que me parece inquietante. ¿Han oído hablar del saltito chino? Verán: si todos los chinos dieran un saltito a la vez, el peso colectivo al caer provocaría una fuerza tal que haría que la Tierra se saliera de su órbita. Y ahora, imagínense a todos los chinos alegrándose el día 22 de diciembre porque unos petroglifos han sido mal interpretados. La profecía maya se convertiría entonces en una carcajada cósmica.
Como decía un jefe que tuve: en esta vida, las dos únicas cosas seguras son la muerte y los impuestos. La diferencia es que con la muerte, uno ya sabe a qué atenerse…
Un mundo para Curra 
jajajajajaja. Muy buena entrada. Por cierto, me libraré de comprar el décimo de la Lotería de Navidad que todos los años juega el despacho y por aquello de «y si toca» me veo obligado a comprar.
Gracias por tus comentarios en mi blog 😉
Me gustaMe gusta
Noooo, tú compra la lotería. A ver si luego toca y tengo que indemnizarte, que los abogados os las sabéis todas.
No hay de qué 😉
Me gustaMe gusta
pues me gusta mucho el aire desenfadado e irónico que le das a tu escritura.
saludos blogueros
Me gustaMe gusta
¡Qué pelmada lo de los mayas, oye! Y de los impuestos mejor no hablar. La subidad del IRPF me ha sentado como una de esas puñaladas directas al corazón a las que tan aficionados eran los mayas. Y lo del IBI es para tirar a alguien desde lo más alto de la mayor pirámide de Chichen Itzá.
Me gustaMe gusta
Hay que tomárselo con filosofía porque además, si protestas, parece que eres un insolidario. Otra idea es jugar a la pelota con la cabeza de alguno.
Me gustaMe gusta
…yo siempre celebro el 21 de Diciembre el día de mi santo. Siempre mi padre y yo lo hemos celebrado el día mas corto del año, luego cambiaron el santoral otro día pero seguimos la tradición año tras año, creo que seguiré con la tradición hasta el final de nuestros días…
Me gustaMe gusta
Haces bien, que la vida sigue. Tú compra unos pastelitos, pero que no pringuen mucho y se puedan llevar, por si tienes que salir corriendo…
Me gustaMe gusta
…nos solemos comprar una botella de Aqua Velva -la de williams- el me la regala y yo se la regalo. Ultimamente como vivimos en localidades distintas nos la autoregalamos creo que lo haré como siempre, pase lo que pase vale la pena ir frescos…
Me gustaMe gusta
Vale la pena, sí. Gracias por tus comentarios, Tomae.
Me gustaMe gusta
Nunca he entendido mucho el por qué de tanto interés por predicciones agoreras y catastrofistas de este percal. Y lo que elucubra la gente a propósito de ellas.
Si esto se funde en negro no nos vamos ni a enterar ¿a qué preocuparse?
Me gustaMe gusta
Pues eso digo yo, Ana, eso digo yo.
Gracias por tu comentario.
Me gustaMe gusta
Pingback: El 21 se acaba el mundo, o casi | Un mundo para Curra