No suelo ver al Barça. La verdad es que me aburren mucho, los eternals, con un juego que, como dice I. Ruiz Quintano, parece un limpiaparabrisas en funcionamiento. Decir esto y ser condenada al infierno futbolero es todo uno, porque como todo el mundo sabe, el único equipo bueno, que juega bien, que es caballeroso, y limpio, y humilde, y generoso, y solidario y progresista, es este Barça de Pep. No han roto un plato en su vida, todos son beatíficos, angelicales y bondadosísimos, y jamás han dado una patada o han hecho ni una falta. Vamos, que serían unos merengones si no fuera porque eso es lo que nos llaman a los madridistas, que por otra parte somos todos fascistas, retrógrados, canallas, malvados, tramposos, marrulleros, violentos, arrogantes y malos perdedores. Y chulos. Aunque cuando a mí me dicen que los madrileños somos chulos yo siempre contesto lo mismo: «Vale ¿y?«.
Así es que no veo al Barça y me entero de sus merecidísimas victorias (solo ellos las merecen, como se sabe), a través de la prensa, intentando elegir los pocos medios que no babosean demasiado (Marca, ABC y pare vd de contar). Sin embargo, la temporada pasada fui a ver al Barça al campo del Getafe, por aquello de vivir una experiencia religiosa sin tener que salir de la provincia – al Bernabéu no se puede ir, que a veces les aplauden. Es un campo de nombre entrañable, el Alfonso Pérez, y pequeñito, pero aunque no lo hubiera sido mi entrada estaba en la fila 2, así es que pude ver de cerca a esos dioses terrenales. Pude dormir sin mayor problema aquella noche a pesar de respirar su misma atmósfera, traída en sus purísimos pulmones directamente del Monte Olimpo. El Getafe perdió y tengo que decir que había más seguidores del Barça que del Getafe en el campo. Es normal: el fútbol de los eternals es tan arrebatador que sulibeya como los perjúmenes de aquella mujer: Eau de Pep probablemente, con dosificador.
Este año ni se me ocurrió irme a ver el Getafe-Eternals porque ya me había ganado el derecho a morirme el año pasado. Y además, había un Madrid-Atleti a las ocho, y luego tenía cosas mucho más interesantes que hacer.
Una lástima, porque creo que Valera, jugador del «Geta», marcó EL UNICO GOL DEL PARTIDO en el minuto 67…