Firmin

Sam Savage es un escritor norteamericano que sólo ha escrito dos libros. De uno de ellos, El lamento del perezoso, tomé una cita para una entrada anterior y tengo que decir que fue un libro que me pareció muy divertido. Sin embargo, Sam Savage, un tipo raro con aspecto de náufrago enloquecido, se hizo famoso por su primer libro, Firmin, que yo les recomiendo vívamente.

Firmin es una rata. A ver, aclaremos las cosas: no es Mickey Mouse, ni la Remy de Ratatouille. Es una rata de alcantarilla, fea y sucia, un bicho incómodo que nos produciría pavor, repugnancia, rechazo, del que huiríamos seguramente y que no lamentaríamos ver muerto. El autor no nos propone un animalito de Disney, sino una rata que piensa, que tiene alma y corazón, y que nos cuenta su vida. Una vida de rata en el sótano de una librería, en donde aprende a leer devorando libros – literalmente -, y que es después adoptada por un escritor medio loco que se apiada de ella después de que casi la maten de un paraguazo.

Es una novela deliciosa, con continuas referencias literarias, llena de ternura y de humor, con la que uno comprueba, sorprendido, que se puede llegar a querer a una rata de alcantarilla sin necesidad de que pase por el tamiz de los dibujos animados.

Lo dicho, si no lo han hecho, léansela en cuando tengan un ratón, digo un ratín.

PS: Esto es en desagravio por el post de ayer, en el que debí de quedar como una furibunda lanzadora de libros. Mañana, aviso, hablaré de fútbol.