Lexatín a cubos

Han conseguido hartarme, yo que llevaba unos días de muy buen humor. España ha subastado unos bonos a 10 años por valor de 3.500 millones de euros (o sea, nada que no podamos pagar) y la prima de riesgo ha sido muy alta – no se ahora cómo ha cerrado. A la hora de comer, en la radio del coche, alarma en los mercados. En el telediario, estamos al borde del abismo. En el periódico, situación de rescate. De vuelta a la oficina, situación de no retorno. O lo perdemos todo, o nos quitan todo, incluso las dos cosas, y además  moriremos sin remedio. Palabras como «incendio», «sangría», «desastre», «quiebra», mucho griterío y muchas lágrimas.

Hombre, ya está bien. 

Que la situación es muy grave y delicada, estamos todos de acuerdo y yo no quiero quitarle importancia. Pero los grandes titulares en rojo tomate, el griterío angustiado, y las frases apocalípticas no creo que conduzcan a nada. Hemos pasado del optimismo antropológico a una carrera para ver quién lo pone más negro y dice más sandeces. Y, ya digo, lo que necesitamos es un poco de sosiego y no entrar en este pánico generalizado en el que estamos.

Yo no creo que haya que acabar con el Estado del Bienestar, aquí hay mucha manifestación preventiva y muchas ganas de confundir las cosas. No hay que despilfarrar el dinero público y no hay que pagar imbecilidades, y poco más. Cambiar la estatua de Colón de sitio, o tener un aeropuerto en Reus no tiene nada que ver con el Estado del Bienestar y sí mucho con el despilfarro y con la imbecilidad. Y no confundir los derechos con lo que no son derechos: Por decirlo de manera gráfica, si vd necesita quitarse la vesícula, vale, pero si quiere una habitación de 30 metros cuadrados con baño individual, págueselo vd. Si un joven de 30 años se quiere independizar de sus padres, que se lo pague él o se lo paguen sus padres, pero que no exija una subvención del Estado. Nosotros tenemos que gastar menos y devolver el dinero que nos han prestado, y salir del ensueño de que esto es jauja, de que papá-Estado tiene que darnos todo, porque el dinero llueve del cielo y además «no es de nadie». Definir el Estado del Bienestar, y sí, acotarlo, porque se pagan muchas cosas que el Estado (o sea, mis impuestos) no tiene por qué pagar. Pero sin ponerse dramático, por favor, que bastante drama hay ya en la cola del paro, recogiendo los productos caducados que desechan los supermercados y en los comedores de Cáritas.

Y solo un apunte más. Quienes se han endeudado hasta las cejas son los Estados y las Administraciones públicas, y detrás todos los españoles poniendo la mano. Los «mercados», de momento, lo único que han hecho ha sido poner la pasta.

Si no está conforme con lo que digo, tómese un Lexatín y mire el telediario en su canal autonómico, que seguro que tiene uno. Después le pondrán «paisanos por el mundo», no se preocupe por la droga.