Día de la Almudena

Hoy es el día de la Almudena, patrona de Madrid, así que ha sido fiesta en el Foro. Para celebrarlo, les contaré la historia de una violetera y un duque, ambos madrileños. Se la contaré en primera persona, para potenciar el dramatismo.

Yo iba vendiendo violetas una tarde de mayo, por la Plaza de Oriente y me encontré con sus ojos que me dieron la vida y me dieron la muerte.

– ¿Me querrás un poquito? -, él me dijo bajito, con voz de primavera.

Te querré tanto y tanto que a lo mejor un llanto me cueste el que te quiera. 

Y aquella tarde clara no vendí mis violetas en la Plaza de Oriente ni escuché aquel romance que cantaron los niños en redor de la fuente: «Almudena mi Almudena, no te vayas tú de aquí, que él es duque y tú una pobre violetera de Madrid. A ese hombre lo hemos visto con el rey ir y venir, con su sable y su plumero y su capa carmesí. Arroyo claro, fuente serena, si te vas con el duque ¡Pobre Almudena, pobre Almudena!»

Ya no vendí más violetas y viví entre damascos como reina y señora, pero su amor fue cambiando y ahora soy yo quien pide, quien suplica y quien llora.

– ¿ Y papá nunca viene? – me pregunta quien tiene derecho a preguntarme. Y le digo «mañana«, y miro a la ventana para no delatarme.

Y hoy he vuelto de nuevo a pasar como entonces por la Plaza de Oriente y he escuchado el romance que cantaban los niños, en redor de la fuente: «¿Dónde vas, pobre Almudena? ¿Dónde vas triste de ti?» «Voy en busca de mi amante que ayer tarde no lo vi». «Nosotros sí que lo vimos, con su capa carmesí, dando el brazo a una duquesa más bonita que un jazmín». Arroyo claro, fuente serena, olvídate del duque pobre Almudena, pobre Almudena.

El me dijo que vendría antes que llegase abril con un anillo de oro para conmigo cumplir.

No lo esperes Almudena porque nunca ha de venir, que él es duque y tú una pobre violetera de Madrid. Arroyo claro, fuente serena olvídate del duque pobre Almudena, pobre Almudena.

Y ahora, un bonito pasodoble de León y Quiroga para tararear.