Lunes tontorrón

Hoy he empezado el día interviniendo en una reunión sobre nuevas tendencias de consumo y redes sociales… poniendo el foco en el poder adquisitivo de los ancianos. A mitad de mi razonamiento me he dado cuenta de lo inoportuno de mi comentario, he tratado de rectificar y lo he empeorado.  He quedado fatal. No. He quedado horrible.

Eso por hablar.

Al mediodía y por casualidad me he encontrado con mi jefe que me ha pedido, como de pasada, que formalice la rectificación de la base presupuestaria de un proyecto que no he realizado yo (ni el proyecto, ni el presupuesto, ni, por supuesto, la rectificación). Me he pasado la tarde rebuscando entre aparatosas hojas de cálculo, inacabables actas y procelosas presentaciones. 

Eso por callarme.

Hay lunes que valdría la pena darse dos duchas en vez de una.