Ayer estuve en el cine viendo “Pequeñas mentiras sin importancia”, una película francesa muy aclamada por crítica y público. Que conste que yo no fui por la aclamación generalizada, sino porque me la había recomendado una buena amiga, francófona y francófila. O sea, un poco como yo, aunque yo soy más fila y menos fona, aunque igual de franca.
Me dijo: “c’est génial, fantastique, merveilleuse, te partes de la rire, y también tu pleures, no creas, está pleine de enseignements, c’est formidable, c’est magnifique”.
Así que me dije: ¡ Allez ma belle! y me fui a verla.
Y, pshá, bueno, ce n’est pas mal. Pero, a ver ¡tanto como magnifique…!
Si vds no la han visto, tengan cuidado porque les voy a contar el final. Yo les aviso cuando eso vaya a suceder, no se preocupen.
¡Ya!
Ludo, el que tiene el accidente de moto al principio, se recupera y se casa con la chica.