En Marzo entra la primavera. Esa horterada. Y sin embargo hace un frío que pela.
Hace unos años, era un mes de Marzo soleado y tratábamos en una reunión el lanzamiento de una novedad comercial en un país que requería un desarrollo informático bastante complejo – como casi todos los desarrollos informáticos, by the way… -. Pedíamos un compromiso de fechas, por infinitas razones entre las que no se encontraba la curiosidad.
El gran jefe informático nos quiso tranquilizar: esto estará en otoño, escribió.
Aahhh. Y respiramos todos más tranquilos. La imagen de referencia era una simple gabardina, algunas hojas que caen de los árboles, un poquito de viento que se levanta, quizá un chaleco de ante, la chaqueta de tweed…
Mi jefe de entonces, un tipo bastante precavido, muy transaccional y poco amigo del pensamiento imaginario, advirtió: El otoño termina el 21 de diciembre.
Humm. Y nuestro pensamiento recolocó la referencia. Nieve, vientos huracanados, carreteras cortadas, lana, abrigos, guantes, gorros, botas, la nariz como un pimiento (y el pañuelo para la vela), la bufanda y we wish you a merry christmas…
Lo que son las referencias mentales. Y no llevar siempre la misma ropa…