He tenido un fin de semana bastante aburrido. Y suponiendo que hubiera sido divertidísimo y apasionante, seguramente no se lo contaría. Pero es que no tengo gran cosa que contar. Pensándolo bien, nunca les he contado lo que he hecho un fin de semana. Pensándolo bien, nunca les he contado nada…
Miro la prensa y tampoco me animo. Puedo caer fácilmente en la indignación y el enfado a poco que recuerde alguna ignominia nacional (el caso Faisán, por ejemplo), un gran tema internacional (la que se está liando en el Magreb, con los barbudos agazapados), o cualquier asunto económico (el recorte de las pensiones, por ejemplo).
Y si miro el cuore, resulta que Cayetano se casa.
Hasta mañana, señores, a ver si tengo un día más animado.
PS: sí diré algo cortito del caso Faisán. Resulta que el mismo tipo que era portavoz cuando la policía asesinaba etarras es portavoz ahora que la policía comparte confidencias y teléfonos con etarras. O sea, que o los matan o los achuchan, la cuestión es llevárselos al oscuro. Soportar la halitosis argumental y la desvergüenza inmunda del portavoz nos lo reservan a los votantes.
PS2: ¿Ven como me acabo indignando?