Fuerteventura

Si uno busca el mar a la orilla del desierto, entonces le conviene acercarse a la playa de las Dunas, en el noreste de Fuerteventura. Es una playa espectacular, difícil encontrar algo parecido en el mundo, y eso que el mundo es grande y variado. Siempre parece vacía, y no es que falte gente, es que sobra playa.

Enfrente, la isla de Lobos. Recuerdo la sonrisa desdentada de una mujer, indicándonos el barco que nos llevaba a la isla, con la expresión inconfundible de quien ve partir a unos nuevos primos y no va a quedarse a contemplar su regreso decepcionado. Porque ese islote, a pesar de ser una reserva natural, merece dejarse para el final, y tal vez uno tenga la suerte de quedarse sin tiempo para visitarla. Los lagartos lo agradecerán.

Volveré a Fuerteventura, a conocer la isla mas allá de aquella magnifica playa de la que no tuve ganas de salir en una semana. ¡Y tan ricamente!