Los Santos Inocentes

No hace tantos años que me gustaba llegar a casa un día como hoy y leer la prensa, y ver los telediarios. La apuesta era dónde estaría la broma, qué disparate nos contarían para celebrar este día. Recuerdo un 28 de diciembre de finales de los 80, en el que leí en el autobús que la duquesa de Alba estaba embarazada. Ya entonces debía rondar los 70 años… Me refiero a la duquesa, naturalmente.

Esta tarde volvía del trabajo y me acordaba de los inocentes de hoy. De los cristianos perseguidos – expulsados, masacrados – en Irán, Irak, Pakistán, Egipto, China… De los olvidados de Haiti, con su cólera y su pobreza endémica. De los desheredados de África y Asia. De los habitantes del cuarto mundo, aquí mismo en nuestras ciudades del primer mundo. De los comedores de Cáritas, abarrotados por los nuevos necesitados que ayer vivían con ya poca comodidad. De los cuatro millones de españoles en un paro angustioso…  Son los inocentes.

Decisiones inicuas y preocupaciones absurdas de gobiernos nada inocentes llenan hoy cualquier periódico.

Esa es, macabra y tristemente, la broma.