Por razones que no voy a contar, tuve que coger el Ave el sábado. Fui para allá, muy cómodo, y volví el domingo también todo muy cómodo.
La nueva estación de llegadas de Atocha es muy bonita aunque parte de dos supuestos discutibles: uno, que llegas en plena forma; y dos, que te encantará tardar mucho en salir para así poder admirar la estación durante un buen rato. ¡Oh, ah! Es lo que tiene contratar a arquitectos cuyo primer objetivo es lucirse y no darles un buen pescozón cuando se les va la olla y se les olvida el objetivo del edificio.
Con todo, nada comparable al disparate de la T4. Deberían castigar al Sr. Lamela a ir y volver del satélite una vez a la semana con la hora pegada a la pompa, un par de maletas, un niño de 2 años y una abuela reumática. En cuanto a la ampliación del Sr. Moneo, le perdono lo de la hora pegada a la pompa…