Una mujer entra en la librería infantil de una buena amiga. Pasa de la treintena. No mira. Espera, algo malhumorada, a que la atiendan:
– Quiero algo para que los niños estén distraídos como un par de horas. Bueno – aclara impaciente – más que distraídos, necesito que no molesten mientras cenamos. Y quiero garantías.
Se me ocurren tres respuestas:
RESPUESTA 1: ¿Qué tal una mordaza y unas cuerdas, señora?
RESPUESTA 2: ¿ Qué tal si se van todos al Mac Donalds?
RESPUESTA 3: ¿ Qué tal un libro sobre educación infantil…para Vd?
Mi amiga optó por venderle algo rapidito. Y no ha registrado la venta, segura de que la mujer volverá para descambiarlo…
PS: Gracias Z. No te pongo la inicial del apellido, comprenderás por qué…